Había una vez una mujer que decía ser una persona caritativa. Se llamaba Maria. La caridad era un valor muy importante en su vida. Para demostrarlo le daba siempre 50 céntimos de euro a cada pobre con el que se encontraba. Necesitaba asegurarse de que el dinero que gastaba iba directamente a las manos de la gente necesitada. Todos los días Maria paseaba desde su casa hasta su trabajo y se encontraba con 5 pobres. Eso suponía 2,5 euros diarios, es decir, 50 euros al mes. Maria estaba muy satisfecha consigo misma y el concepto de persona caritativa que tenía de si misma.

Un buen día  Maria fue trasladada  a trabajar a nueva york, su empresa la necesitaba allí. En esta ocasión, en el traslado desde su casa al trabajo, maria se encontraba con 50 pobres más o menos. De acuerdo con su idea de la caridad esto equivalía a 1010 euros al mes. Maria no se sentía bien con la idea de gastarse tanto dinero, de modo que cambio el concepto de caridad que tenía. A partir de ese momento, en lugar de dar 50 céntimos a cada pobre, Maria repartía el 10 % de su sueldo entre los pobres que se encontraba por la calle.

Al cabo de dos años, su empres la requirió para trabajar en Nueva Deli, una ciudad plagada de gente pobre, en la que dar una limosna suponía arriesgarse a perder la vida.  Maria fue advertida de esto pero ella no se fiaba de las organizaciones que gestionaban el dinero destinado a los pobres de la India, por lo que decidió desoir las advertencias.

La primera vez que dio una moneda, Maria fue asaltada literalmente por una muchedumbre de pobres que necesitaban de su caridad. El susto fue tan grande y el sentimiento tan desagradable que, desde ese momento, Maria “dejo de ser” una persona caritativa.

Los valores son principios universales que interpretas de manera subjetiva. La bondad no es lo mismo para ti que para otra persona. Recuerda que los valores emergen de los sentimientos. Observa tus sentimientos para asegurarte que obras conforme a tu escala de valores. En caso contrario, si sientes que lo que haces no va contigo, quizás estés asumiendo principios universales de comportamiento que no responden a lo que sientes que eres. Una buena práctica consiste en escribir tu escala de valores de manera periódica y observar los cambios que has experimentado en ese intervalo de tiempo. Quizás algunos valores desaparezcan para dar lugar a otros. Y también es probable que el énfasis y el significado que les das se modifiquen.